viernes, mayo 20, 2005

Sin palabras

El ex conseller en cap de la Generalitat de Catalunya, Carod-Rovira, acompaña al presidente de la Generalitat en su viaje a Israel, pero le ha dado la espantada en la primera ocasión surgida. La ausencia de la senyera en una ofrenda floral en la que sí ondeaba la bandera española provocó la irritación del líder de Esquerra Republicana, que optó por abandonar el séquito.

Sin palabras. El acto en cuestión era una ofrenda que se realizaba en el lugar donde cayó asesinado Yitzhak Rabin, ex primer ministro israelí y premio Nobel de la Paz. El acto, con la delegación catalana, lo organizaba el Ayuntamiento de Tel Aviv.

Sin palabras porque la figura de Rabin, muerto por los suyos (no por los contrarios) por defender la paz entre israelíes y palestinos, firmante de uno de los acuerdos de paz, es más importante que una bandera, de cualquier bandera.

No conozco banderas, en mi tamaña incultura, que no estén manchadas de sangre por algún avatar de la historia del país que representan. La catalana, en particular, está marcada por cuatro barras rojas (cuatro regueros de sangre dejada por su rey en batalla).

Las banderas simbolizan la esencia e identidad de una nación, de una patria. Pero una persona que muere por la paz, asesinada, es más importante que cualquier bandera. Dar esquinazo al séquito por una cuestión de banderías, me deja sin palabras. Una soberbia que espanta.

jueves, mayo 19, 2005

Atutxa, en la diana

Juan Maria Atutxa, que ha sido presidente del parlamento vasco en la anterior legislatura y consejero de Interior vasco largos años, sigue siendo el objetivo a batir, y ocupa el centro de la diana, del entramado radical abertzale.

La labor de Atutxa como consejero de la Ertzaintza no gustó nada a ETA. La persiguió y hostigó hasta donde pudo, hasta el punto de haber sido "condenado" por la banda terrorista. Cuando ETA marca a una persona, tarde o temprano, se cobra la pieza.

Hasta siete veces se ha acreditado que las fuerzas de seguridad frustraron atentados contra Atutxa. Uno de ellos, recuerdo, consistía en "colar" un coche con explosivos en la comitiva nupcial de un hijo del consejero... el día de la boda.

Los ertzainas han pagado, algunos con sus vidas, la guerra de ETA; otros han sido apaleados en el casco viejo de cualquier ciudad por los jóvenes de la "kale borroka".

Ahora, el grupo parlamentario de las "tierras vascas" (ex batasuna) lleva al terreno político el objetivo etarra y lo pone de manifiesto con el descaro de escribir la palabra PNV en las papeletas en las que, parlamentariamente, procede escribir el nombre del candidato al que se da apoyo.

Más claro agua: desde EHAK (Partido Comunista de las Tierras Vascas) se explicita que, entre un presidente del Parlamento socialista o uno nacionalista, se prefiere al del PNV pero nunca a Atutxa, al que "odian a muerte", cabría decir coloquialmente, como a los enemigos del alma de todo vecino.

La posición de socialistas y populares en el bloqueo al parlamento vasco es de otro orden: rechazan la continuidad de un presidente nacionalista a la luz de lo ocurrido en esa cámara en la anterior legislatura, en la que los bloques enfrentados no admitieron misericordia.

Pero su opción se expresa en términos políticos: dan apoyo a un candidato alternativo y, como la aritmética parlamentaria empata a 33 votos ambos bloques, la elección resulta bloqueada.

La opción de EHAK, en cambio, no tiene pase político: no respeta a una persona electa por sufragio universal (un diputado) ni que los partidos puedan proponerla. Por eso no vota en blanco, ni por Atutxa ni por Buen, sino que escribe PNV en una papeleta, que así queda convertida en voto nulo.

Cruel circunstancia la de Atutxa, procesado por no haber disuelto en la cámara vasca al grupo batasuno -disolución ordenada judicialmente en aplicación de la ley de partidos que convirtió en ilegal a Batasuna- precisamente para proteger el derecho de todo grupo parlamentario a serlo por mor del sufragio universal, en definitiva, por haber amparado a quienes ahora le excluyen.

Por eso, ni el PNV ni Atutxa deben ceder a la presión; no lo hicieron con los tribunales, tampoco deben hacerlo con los batasunos. En condiciones normales, un político renunciaría a un cargo al convertirse en obstáculo de un acuerdo, pero en Euskadi las condiciones todavía no son normales.

viernes, mayo 13, 2005

Efecto AZA sobre Rajoy

El debate a cara de perro entre Zapatero y Rajoy, siendo un debate sobre el estado de la nación, era una prueba de fuego del presidente del Gobierno, su primer examen ante el Congreso sobre el año que lleva en el poder y sobre la situación en que se encuentra España a trece meses del cambio en La Moncloa.

En estos dos días se ha valorado el contenido y las formas mantenidas en el debate: los temas de estado, los problemas interregionales, el crecimiento económico, las infraestructuras, las medidas sociales..., tanto como los tonos empleados.

Pero otra conclusión del debate, sorprendente, ha sido la ausencia total del líder de la oposición en el segundo día de la sesión parlamentaria. Al parecer seguía las intervenciones desde su despacho de la Carrera de San Jerónimo, lejos del escaño.

Bastaría tan visible ausencia, puesta sobretodo de manifiesto tras la última intervención de Zapatero cuando le tendió 'in extremis' una mano en aras de recuperar la unidad rota ante el terrorismo, para valorar a Rajoy con un rotundo suspenso, al menos parlamentario.

Una contradición: Zapatero se sometía a examen pero lo suspende el profesor, el examinador. Los primeros sondeos de opinión indican que el número de ciudadanos que valoran a Zapatero dobla a quienes se sienten satisfechos con Rajoy. Incluso algún dato apunta que entre votantes del PP no ha gustado la irritación mostrada por el líder de la oposición.

Al menos, concluyen esas opiniones demoscópicas, Rajoy pasa por ser quien ha retirado el apoyo al Gobierno en la lucha contra ETA, por mucho que dialécticamente éste atribuya al presidente haber roto el pacto antiterrorista en primer lugar, sometido al chantaje de los nacionalistas radicales.

Compareció Rajoy esos días flanqueado (¿blindado?) por Zaplana y Acebes y la sombra de Aznar.

Tras el 14-M, Rajoy hizo un congreso centrado que trazó una línea para el Partido Popular centrista. Aparentaba comenzar una nueva fase. Al tiempo, reapareció en política, y de manera proactiva, José María Aznar. Rajoy parecía haber entrado en fase vigilante. Más adelante, los papeles y reflexiones audiovisuales de la Fundación FAES comenzaron a sobrevolar y hasta volar (de voladura) sobre esa línea centrada.

El mensaje principal que mantiene aun hoy el PP sobre Zapatero, haber llegado ilegítimamente al poder a causa del 11-M y no por el 14-M, sitúa a Rajoy en una celda, prisionero de la tripleta Aznar, Zaplana y Acebes, una suerte de efecto AZA adornada con la FAES en cabeza, un nombre para la fundación que se sigue asemejando demasiado FAlange ESpañola.

Con el discurso mantenido en el debate, acabó su fase vigilante: Rajoy es más prisionero que antes del efecto AZA, ha roto su imagen centrada.

Por esas consideraciones, haberse ausentado del debate (cuando hablaban esos grupos minoritarios "nacionalistas y radicales" según sus palabras), haber pasado de vigilado a prisionero, Rajoy ha suspendido este año de legislatura. Habrá que esperar qué resultado obtiene en Galicia el PP para atisbar el nuevo derrotero para el actual líder de la oposición.

miércoles, mayo 11, 2005

El PP abandona a ZP ante ETA

Rodríguez Zapatero ya sabe que no tiene el apoyo del Partido Popular para acabar con ETA, al menos el apoyo de que dispusieron ex presidentes anteriores cuando exploraron y hasta se reunieron con dirigentes de la banda terrorista. Ha sido el mensaje claro dejado por Mariano Rajoy en el debate sobre el estado de la nación. "Nosotros no hemos perdido el juicio", dijo.

Esa es una mala noticia, mucho más que Rajoy calificara a Zapatero de "traidor a los muertos de ETA". Traidor, grueso calibre para calificar la labor de un presidente del Gobierno dispuesto a intentar y conseguir el fin de la violencia. Desde luego, Zapatero no ha logrado la connivencia popular en ese debate.

Mala noticia porque ahora ETA ya sabe que Zapatero no cuenta con el principal partido de la oposición y, en consecuencia, si prosperaran las exploraciones y declarara una nueva tregua, los terroristas percibirían un presidente del Gobierno con menor fortaleza que si gozara del respaldo firme de todos los partidos democráticos.

Pensar en un futuro sin ETA no es una quimera, pero sí lo es el tránsito para encauzar el proceso de paz y lograr un abandono definitivo de la violencia. Otros presidentes lo intentaron, sin éxito, por la posición recalcitrante de la banda terrorista, pero en aquellos casos no falló la discreción de quien gobernaba ni de quien ejercía la oposición.

Ahora, en cambio, el Gobierno no para de hablar y alimentar un escenario que contempla un marco de salida al terrorismo de ETA mientras la oposición le da la espalda.

Mal asunto mantener la ficción de un pacto antiterrorista sólo apoyado por dos socios, hoy mal avenidos, que ya sólo sirve para el uso partidario en esa lucha para lograr el final de ETA.

Zapatero calificó a Rajoy de agorero, por sus incumplidas profecías, y se felicitó de que sólo se cumple en España lo contrario de lo que vaticina. No es motivo de esperanza ni consuelo para una asignatura pendiente de tal calibre. En ese tema, sin el PP, Zapatero es hoy más débil frente a ETA.

martes, mayo 10, 2005

Zapatero se examina

Rodríguez Zapatero se examina de su primer año al frente del Gobierno en el templo de la política, el Congreso. Llega Zapatero al debate sobre el estado de la nación con cierta aureola de la fortuna que le acompaña, de la suerte que ha tenido en un año difícil, no tanto por ser su estreno sino porque en él ha acometido y liderado profundas reformas en España.

La oposición, como corresponde, debe trasladar también al parlamento cuanto ha venido defendiendo este año en toda suerte de medios y articular con solidez que éste ha sido el año del desgobierno, pero hacerlo esta vez en sede parlamentaria.

Pocos podían prever que un presidente en minoría parlamentaria, que debe aprobar todas sus iniciativas con el concurso de otros grupos parlamentarios, osara acometer serias reformas que afectan a las costumbres de las personas (matrimonios homosexuales), o de hondo calado social (regularización de inmigrantes), o a la organización territorial de España (estatutos autonómicos y modelo de estado).

Más allá de los temas a debatir (terrorismo, financiación, infraestructuras, etc.) caracteriza la política de Zapatero su serenidad para afrontar el peligro y toda suerte de adversidades. Él lo llamó talante, acaso para contraponerlo a aquella áspera manera que el anterior presidente tenía de reñirnos a los españoles.

Pero la "fórmula ZP" debe de ser algo más que talante porque ha sido éste un año marcado por una manera sosegada de gobernar hasta para ponerse el mundo por montera (desde Washington hasta Ciudad del Vaticano). Algo inaudito por peligroso.

Sin duda, la crispación política ha desaparecido del mapa para instalarse sólo en el argumentario de la oposición y la serenidad del presidente sobrepasa, incluso, la del propio país. Pero la lista de temas abiertos son de infarto y el tiempo de gracia se acaba. (Algunos no le dieron ni los cien días de cortesía propios de toda llegada al poder).

Ya es tiempo de que la política emprendida comience a dar sus resultados. Lo ocurrido en el País Vasco (desde el denostado Plan Ibarretxe en el cajón a un escenario final sobre ETA) no debería enmascarar la necesidad de que las políticas sociales, el rigor presupuestario, el orden territorial o la adecuada financiación de las infraestructuras sean algo tangible para la población.

Ni la propaganda oficial del Gobierno ni las peroratas opositoras bastan para hacer creibles o no creíbles ante la ciudadanía las acciones de gobierno.

Terminado su examen ante el Congreso, comienza un año crítico para Rodríguez Zapatero. Todas las carpetas abiertas en estos meses deben comenzarse a cerrar, no vaya a ocurrir que tanta "windows" abierta le deje frito y colgado el sistema operativo del ordenador. Habría que reiniciar todo el sistema.

viernes, mayo 06, 2005

Catalunya aminorada

La sociedad catalana apenas habla de política, no tanto porque sea apolítica, que no lo es, sino porque los políticos ya no están en el centro de ese cogollo. El centro de la sociedad civil hoy son los ciudadanos. Ciudadanos que tienen una identidad clara y definida: unos se sienten sólo catalanes, otros más catalanes que españoles, o al revés, y hasta algunos sólo españoles. Pero la identidad catalana hoy no es un problema en la sociedad civil catalana.

El problema es Catalunya que ha visto, año tras año, cómo perdía el dinamismo que la caracterizó desde medioevo hasta los siglos XIX y XX, cómo ha disminuído su potencialidad, cómo se 'jibarizaba'.

En paralelo, España ha explotado y consolidado un crecimiento y modernización que no conoció hasta la década de los sesenta. Madrid ya no es aquella capital manchega de los años setenta y se ha convertido en un núcleo financiero, un motor industrial y de servicios, una capital en el mapa del mundo.

Con la llegada de la democracia, el país revienta su secular corsé y con la fórmula de la descentralización administrativa y la autonomía política ha logrado, entre otras cuestiones no menores, que las economías regionales hayan crecido inusitadamente. Pero Catalunya, que ya estaba crecidita en estas lides, se quedó estancada.

Barcelona pasó de ser capital de "ferias y congresos" -como la bautizaba el régimen franquista- a ser exportadora e impulsora por desidia de la pujante Ifema madrileña, por citar un caso claro de pérdida de pistón y liderazgo.

Las diferencias entre regiones, por mor del modelo democratizador elegido, se redujeron en lo económico. Según el informe de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), Madrid es la comunidad que más creció el 2004, Extremadura se sitúa en el noveno puesto y Catalunya ocupa el lugar decimosexto, detrás de Ceuta y Melilla.

Siguen hablando de Catalunya como la locomotora de España pero en el 2004 la economía catalana aumentó un 2,43% frente al 2,83% de media nacional. ¡Menudo tren!

Se habla desde el poder político de los problemas de financiación que tiene Catalunya, muy ciertos, o industriales como el textil, no mayores que el resto de las economías occidentales ante la intrusión amarilla (el dormido tigre asiático por fin despertó).

Pero mientras los políticos han apelado al Estado para recibir más ingresos o han centrado su principal objetivo en la definición de un nuevo marco estatutario, que sin duda la población agradecerá y no despreciará, no son pocos los ciudadanos que piensan que el problema hoy está dentro de Catalunya y en consecuencia, en Catalunya hay que hallar la solución.

No en vano, en el centro de la sociedad civil catalana, que sigue dando aliento al impulso del país, se encuentran hoy los ciudadanos, no los políticos. Si éstos piensan que el Estado agradecerá los servicos prestados antaño, o las regiones enriquecidas en democracia agradecerán la labor autonomista de Catalunya cuando el único mapa español era el centralizado, están equivocados.

Nadie ayudará desde fuera a que Catalunya recupere su dinamismo, o aumente su riqueza. Hablan de solidaridad -para hacer frente a la reclamación política de un nuevo modelo de financiación autonómica- cuando están pensado en la cohesión. Hay hoy un nuevo mapa en España que es de abundancia, ya no de escasez, y el temor no es la pérdida de solidaridad del fuerte con el débil, sobretodo si pudieran llegar a invertirse los papeles, sino de pérdida de cohesión nacional.

Si Catalunya está mal financiada habrá que reflexionar dentro y fuera de Catalunya y en España, sobretodo, no se debería despreciar una realidad en decrecimiento que le puede ser letal, tanto como si se llegara a descohesionar. Hoy, como ayer, será la sociedad civil la que tenga que sacar las castañas del fuego si se quiere acabar con esa Catalunya aminorada. Ni la sociedad política ni el Estado serán capaces.