viernes, junio 17, 2005

Palabra de ETA

ETA acaba de comunicar su disposición a involucrarse en un "proceso democrático sin límites y entre todos" porque considera que la solución del denominado "conflicto" en el País Vasco "es posible" aunque no habla de tregua ni de dejar las armas.

Los comunicados de ETA son cosa seria a la que los analistas, sean de los servicios de información, sean políticos o periodísticos, deben dar muchas vueltas en busca de claves de interpretación de escenarios futuros, pero son comunicados que guardan la virtud de decir al mismo tiempo una cosa y la contraria.

Estos comunicados no son más, tampoco menos, que un papel y tienen el valor de la palabra. Pero la verdadera palabra de ETA no está en el papel sino en la bomba, la pistola o la extorsión. Y en este documento, ni palabra de tregua o de dejar las armas.

El Gobierno ha insistido en que la mano tendida para explorar un final dialogado del terrorismo en Euskadi y España pasa por un compromiso firme de abandonar definitivamente las armas, y puesto que ETA nada dice sobre el particular, el primer análisis es claro: No hay tregua, no hay negociación y sigue la amenaza terrorista aunque no explicite "se mantienen abiertos todos los frentes de lucha". La bomba o la pistola en el momento más oportuno... si le deja la Policía. Es la verdadera palabra de ETA.

sábado, junio 11, 2005

Del Che a Chávez

Cocaleros y mineros bolivianos han despertado con casi con cuarenta años de retraso y han protagonizado ahora la revolución que intentara con notable ineficiencia Ernesto Che Chevara en el 67. Por de pronto han logrado desalojar de la jefatura del estado a un intelectual respetado (hombre de ciencia política y de formación cinéfila y periodística), de personalidad independiente y talante negociador, nada comprometido con las petroleras ni los intereses norteamericanos o de cualquier otra elite extranjera.

Carlos Mesa llegó al poder sin el apoyo de ningún partido pero con la intención de conjugar reivindicaciones sociales con exigencias del mundo económico moderno para sacar al país de la miseria, del Cuarto Mundo. La revolución acaba de tirar su empeño por los suelos. Formación moral y sensibilidad humana le han impedido a Mesa traspasar el límite nada sutil de la represión policial para afrontar el desorden revolucionario y el caos instaurado en el país con el bloqueo indígena.

La desestabilización que ha hecho zozobrar al estado en Bolivia amenaza a la región andina. El hallazgo de gas en Tarija y de nuevas bolsas de petróleo ha sido el catalizador de una revuelta, bien tutelada por el venezolano Chávez a través del cocalero Evo Morales, receloso de un resurgir boliviano en el mercado de los hidrocarburos.

Mucha revolución bajo la bandera de que la riqueza de la tierra no debía ser hurtada por potencias extranjeras (Estados Unidos, Brasil, Repsol, etc.) como antaño los españoles se llevaron el oro y la plata andina, pero se ha caido en el error de servir a otros intereses forasteros.

El siglo XXI ya no es el verano de 1967. Hoy la riqueza de un país no se mide sólo por la materia prima, sino por la capacidad y el conocimiento que permiten dotarla del valor que la revalúa en el mercado: racionalidad económica, alta tecnología, comercialización global. Ninguno de esos valores, que intentó aportar Mesa, adorna el movimiento indígena y cocalero.

Podrán hacerse con la propiedad de la "madre tierra", con todo el gas y el crudo, pero ¿quién se lo comprará para venderlo en el mundo?, ¿Venezuela? Si el nuevo poder revolucionario logra la nacionalización del gas y del crudo, no lo duden, Bolivia no saldrá de su miseria y el competidor venezolano no vería amenazada su posición por un emergente productor de gran potencia en la región andina. La materia prima será boliviana, el valor añadido no.

Aquella nacionalización de las minas tras la revolución de los cincuenta llevó al comunismo a "parachutar" en la selva boliviana a los comandos revolucionarios impulsados por Cuba bajo el liderazgo de Ernesto Guevara. Eran los tiempos en los que Estados Unidos exportaba capitalismo al mundo y la Unión Soviética ideología.

Se dijo que Che Guevara fracasó en su intento por no hablar quechua o aymará. Simplemente, los bolivianos no le hicieron caso porque era un extranjero: les ha costado 37 años entender aquella llamada. Como les falta ahora comprender que tan extranjeros son las grandes petroleras mundiales como las redes del narcopoder, aunque éstas estén enfrentadas a Estados Unidos por su decidida presencia en la región productora de coca con objeto de interferir el narcotráfico.

Algo ha cambiado en cuarenta años para que aquella Iglesia comprometida con los pobres que en los sesenta apoyara la revolución comunista haya intentado ahora mediar entre indígenas, cocaleros, campesinos y mineros con el poder institucional que representaba Carlos Mesa.

Es la "revolución tardía": llega tarde y está fuera de su tiempo por tratar de nacionalizar la materia prima cuando hoy lo que se debería "expropiar" es el valor añadido. ¿Qué tiene más valor, un mineral sin pulimentar extraído de la mina o un diamante pulimentado de 34 kilates? Quizá la Iglesia andina del siglo XXI y Carlos Mesa sí entienden ese mensaje. Los revolucionarios, no parece; están en el 67.

miércoles, junio 01, 2005

Sociedad en explosión

El orden de preocupación de las gentes no parece que se rija por los criterios y pautas con los que opera el 'establishment'. Ha generado gran convulsión el 'NO' de Francia a la Constitución europea, porque parece que tal voto se aleja de los derechos y deberes fundamentales que sanciona la carta magna de la ampliada UE.

Pero quizá al depositar la papeleta en la urna, el corazoncito del mortal ha pensado que una Europa a 25 es demasiado para el cuerpo, que la soberanía de cada nación se diluiría, que el ingreso de estados tan poblados como Turquía podría desballestar el poderío ya clásico de la Europa "de siempre". O acaso creyeron ingenuamente que la globalización venía del Este europeo y así la podrían frenar.

Simples supuestos, pero los franceses con su voto debilitan el eje motriz franco-alemán en la UE. Es pues un voto que resulta al final contra el poder establecido y hasta es probable que se haya emitido pensando en otra Europa que no se corresponde con la oficialmente diseñada. Habrá que escuchar.

Tanto como la explosión de cólera vivida en Berga, Catalunya, a causa de la violencia callejera de bandas juveniles radicales que asesinaron a navajazos a un mozo que trataba, en vano, de socorrer a su hermano de la agresión de los violentos. Esa noche eran las fiestas del pueblo y habían salido de caza. Los bandidos eran una treintena.

El cabreo de la población en Berga no cesa desde el fin de semana y ha tenido su expresión contra la actuación de las fuerzas de seguridad, los Mossos d'Esquadra. Algo falla cuando la población, temerosa de quienes les agraden, acaban hostigando a quienes les deben proteger. Es otra suerte de divorcio. La población por un lado, el poder por otro.

Pero no olvidemos que sin ley no puede haber orden y quien imparte justicia son los jueces, no los ciudadanos cabreados. Y la juez, hostigada permanentemente por irritados manifestantes, ha debido "instalarse" en comisaría para poder tomar declaración a detenidos y testigos. Lleva más de dos días porque en el juzgado no había garantía de seguridad.

Los ciudadanos por un lado y el poder por otro. Como en el tema del catalán. La cultura catalana estará representada en la feria de Frankfurt por escritores en lengua catalana, "of course", no por escritores catalanes que, por serlo (escritores), escriben en castellano. ¡Si Manolo Vázquez levantara la cabeza!

Esa sociedad en explosión se manifiesta en varios frentes, además de Francia y Berga; en el campo, en la educación, en la música, en el "top manta"... Ese malestar permanente del que alardean sectores protegidos por la sociedad del bienestar nos conduce a todos a la sociedad del temor. Y no es cosa nada buena vivir con las congojas revoloteando las alturas de los mortales.