Beatriz Iraburu, una periodista de alma navarra y espíritu internacional, mujer de mundo, ha escrito un documentado libro sobre el cáncer de mama fruto de haber vivido la enfermedad y, tras superarla, de la investigación realizada a lo largo de cuatro años.
La principal lección que transmite Iraburu es que el cáncer es una enfermedad a la que hay que respetar, pero a la que no hay que temer; a la que no hay que perderle la cara: "Se puede estar enfermo, pero nunca ser un enfermo de cáncer", remató.
En la presentación del libro en Barcelona -en el acogedor altillo de la Librería LAIE-, bien arropada por amigos, colectivos de afectadas de cáncer de mama, doctoras especialistas en oncología y por su editor, Diego Hidalgo, una suerte de gentilhombre que devino mecenas en labores reparadoras de los desastres del mundo tras haber sido jefe de división en el Banco Mundial o consejero delegado de Alianza Editorial -en aquellos años en los que su colección de bolsillo alimentó de conocimiento a generaciones de universitarios sin un duro y sin internet-, Beatriz se quejó de que todavía hoy no nos atrevamos a nombrar al cáncer por su propio nombre.
Un elenco de eufemismos evitan pronunciarla cuando toca -"es maligno" te dicen los médicos, o "falleció tras una larga y penosa enfermedad" te escriben los periodistas- y sin embargo la emplean asimilándola al mal en cualquier circunstancia y sin venir a cuento -"el cáncer de ETA..., de Oriente Medio.., de las 'stocks options'..."- sólo para significar lo peor.
La enfermedad cardiovascular mata a mayor número de gentes y otras dolencias desencadenan procesos más penosos que un tumor. Pero ninguna parece causar tanto miedo, reflexiona la autora: "Sólo el cáncer es usado cómo sinónimo del mal".
A cualquier infartado que encontramos por la calle preguntamos tan anchos ¿cómo llevas ese corazón?. ¿Pero a cuántas personas que sufren o superan la enfermedad nos atrevemos a preguntar 'cómo va el cáncer'?. Ellos no son enfermos distintos, pero los tratamos de distinta manera... por miedo y por pena.
"Va siendo hora de erradicar el símil", el "uso y abuso de la palabra cáncer para simbolizar horrores", que alimenta un "círculo vicioso del miedo" en vez de ayudar a normalizar una enfermedad que ya "no equivale a muerte" y cuyo tratamiento es duro pero cada vez más llevadero, escribe Iraburu.
Bea, que sí supo plantarle cara al cáncer, ha escrito el libro precisamente para explicar las claves de una enfermedad a la que no hay que tener miedo -quizá por eso lo edita Siddharth Mehta Ediciones-, que devienen en claves para vivir y saber superar la enfermedad. No es fácil, y lo explica con rigor bien asesorada por Esther Mahillo, doctora en Ciencias Biológicas. La divulgación científica se complementa con los relatos de diez mujeres que han vivido la conmoción del diagnóstico, la brutalidad de las terapias y la incertidumbre respecto el futuro.
Las claves
Son claves sobre lo que está pasando a la enferma, los factores que intervienen, sobre la supervivencia, los tratamientos, sus efectos, las mal llamadas “terapias alternativas”, o las de apoyo, la falsa creencia de que el carácter o los traumas influyen, las repercusiones sexuales o laborales o los pasos que está dando la ciencia para tratar de dominar la dolencia.
La sinopsis del trabajo está muy bien sintetizada en la solapa del libro:
· La mayoría se cura, pero no es una enfermedad vencida
· La mamografía llega a detectar tumores hasta dos años antes de que sean palpables
· Puede haber varias opciones de tratamientos razonables. La información es crucial (incluso llega a tener un impacto formidable en la calidad de vida de la enferma)
· No hay dos tumores idénticos
· Mejora la calidad de la asistencia que médicos de distintas especialidades examinen cada caso
· Se hacen más mastectomías de las indispensables
· Si el cirujano no propone la biopsia del ganglio centinela, habrá que preguntarle por qué
· La radioterapia es una de las grandes asignaturas pendientes del SNS: hay provincias enteras sin un solo aparato (hay demasiadas diferencias entre los tratamientos que proporciona un hospital u otro)
· Rara vez resulta ventajoso tratarse en otro país
· No se conoce un tipo de dieta que rebaje el riesgo de cáncer de mama
· Hay pacientes que atribuyen erróneamente su enfermedad a un choque emocional sufrido uno o dos años antes del diagnóstico (pero años después de que arrancara verdaderamente el tumor)
· El optimismo y la esperanza influyen en la calidad de vida, no en el pronóstico
· Los productos mal llamados 'alternativos' son un engaño peligroso
· El cáncer de mama afecta, para bien o para mal, los lazos afectivos. La Emotividad de la paciente suele encontrase en máximos
· Hay empresas que no favorecen la reinserción laboral de la persona tratada
· El futuro -y un poco ya el presente- pasa por la posibilidad de aplicar terapias personalizadas
No es poco.
Todo empieza en una célula
Desde que la primera célula cancerosa mamaria empieza a replicarse hasta que miles de ellas se agrupan en un tumor ya palpable suelen transcurrir muchos años: 7, 8, 10, dice la autora: "Cuantos más años pasen mayor será el tumor y, más importante, aumentarán las probabilidades de que alguna célula maligna se separe del conjunto y consiga dar origen, lejos del seno, a nuevos tumores biológicamente idénticos al primario. Una vez que el cáncer se disemina sigue siendo tratable, pero por lo general no es curable. De ahí la importancia vital de detectar la enfermedad cuanto antes."
Y entender el tratamiento de la enfermedad es clave para afrontarla. Los familiares y amigos deben saber, explica Bea, que "el cansancio propio de la quimioterapia es distinto del que cualquiera siente alguna vez: no es resultado del gasto de energía, es que no se tiene energía. Es la circunstancia que más afecta la calidad de vida; ese cansancio fruto de ciertos medicamentos, de una nutrición deficiente, de la preocupación, el insomnio, la tensión."
Y una alerta para los tiempos en que vivimos, dominados por años de superficialidad y vida fácil: no caer en manos de charlatanes ni de la pseudociencia: "Se cree que entre el 1 y el 2% de las pacientes de cáncer de mama abandonan los tratamientos médicos y ponen su fe en remedios falsos. Parte de ellas son enfermas con tumores diseminados, dispuestas a hacer y a pagar lo que les pidan a cambio de soluciones que la medicina no les puede dar, y la pseudociencia tampoco."
En suma, el libro es un "manual de vida" en palabras del presidente de Siddharth Mehta Ediciones, Diego Hidalgo, para quien Beatriz Iraburu toca "todos los temas posibles de un asunto tan complejo. El aval científico lo pone la bióloga Esther Mahillo, que revisó el texto con el rigor de quien ha coordinado durante ocho años el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama."
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Ficha:
Cáncer de Mama. Claves y Relatos
Beatriz Iraburu, con Esther Mahillo, doctora en Ciencias Biológicas
Siddharth Mehta Ediciones
Precio: 15 €
Páginas: 325
Webs referenciadas en este artículo
· Librería LAIE
· Diego Hidalgo
· Esther Mahillo
· Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama