martes, mayo 10, 2005

Zapatero se examina

Rodríguez Zapatero se examina de su primer año al frente del Gobierno en el templo de la política, el Congreso. Llega Zapatero al debate sobre el estado de la nación con cierta aureola de la fortuna que le acompaña, de la suerte que ha tenido en un año difícil, no tanto por ser su estreno sino porque en él ha acometido y liderado profundas reformas en España.

La oposición, como corresponde, debe trasladar también al parlamento cuanto ha venido defendiendo este año en toda suerte de medios y articular con solidez que éste ha sido el año del desgobierno, pero hacerlo esta vez en sede parlamentaria.

Pocos podían prever que un presidente en minoría parlamentaria, que debe aprobar todas sus iniciativas con el concurso de otros grupos parlamentarios, osara acometer serias reformas que afectan a las costumbres de las personas (matrimonios homosexuales), o de hondo calado social (regularización de inmigrantes), o a la organización territorial de España (estatutos autonómicos y modelo de estado).

Más allá de los temas a debatir (terrorismo, financiación, infraestructuras, etc.) caracteriza la política de Zapatero su serenidad para afrontar el peligro y toda suerte de adversidades. Él lo llamó talante, acaso para contraponerlo a aquella áspera manera que el anterior presidente tenía de reñirnos a los españoles.

Pero la "fórmula ZP" debe de ser algo más que talante porque ha sido éste un año marcado por una manera sosegada de gobernar hasta para ponerse el mundo por montera (desde Washington hasta Ciudad del Vaticano). Algo inaudito por peligroso.

Sin duda, la crispación política ha desaparecido del mapa para instalarse sólo en el argumentario de la oposición y la serenidad del presidente sobrepasa, incluso, la del propio país. Pero la lista de temas abiertos son de infarto y el tiempo de gracia se acaba. (Algunos no le dieron ni los cien días de cortesía propios de toda llegada al poder).

Ya es tiempo de que la política emprendida comience a dar sus resultados. Lo ocurrido en el País Vasco (desde el denostado Plan Ibarretxe en el cajón a un escenario final sobre ETA) no debería enmascarar la necesidad de que las políticas sociales, el rigor presupuestario, el orden territorial o la adecuada financiación de las infraestructuras sean algo tangible para la población.

Ni la propaganda oficial del Gobierno ni las peroratas opositoras bastan para hacer creibles o no creíbles ante la ciudadanía las acciones de gobierno.

Terminado su examen ante el Congreso, comienza un año crítico para Rodríguez Zapatero. Todas las carpetas abiertas en estos meses deben comenzarse a cerrar, no vaya a ocurrir que tanta "windows" abierta le deje frito y colgado el sistema operativo del ordenador. Habría que reiniciar todo el sistema.

1 comentario:

  1. Quizás esté equivocado Sr Alegre,pero tengo la ligera sensación de que el que se examina de verdad es Rajoy, Zapatero puede esperar a la convocatoria de septiembre...


    Bartolomé C.

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