El orden de preocupación de las gentes no parece que se rija por los criterios y pautas con los que opera el 'establishment'. Ha generado gran convulsión el 'NO' de Francia a la Constitución europea, porque parece que tal voto se aleja de los derechos y deberes fundamentales que sanciona la carta magna de la ampliada UE.
Pero quizá al depositar la papeleta en la urna, el corazoncito del mortal ha pensado que una Europa a 25 es demasiado para el cuerpo, que la soberanía de cada nación se diluiría, que el ingreso de estados tan poblados como Turquía podría desballestar el poderío ya clásico de la Europa "de siempre". O acaso creyeron ingenuamente que la globalización venía del Este europeo y así la podrían frenar.
Simples supuestos, pero los franceses con su voto debilitan el eje motriz franco-alemán en la UE. Es pues un voto que resulta al final contra el poder establecido y hasta es probable que se haya emitido pensando en otra Europa que no se corresponde con la oficialmente diseñada. Habrá que escuchar.
Tanto como la explosión de cólera vivida en Berga, Catalunya, a causa de la violencia callejera de bandas juveniles radicales que asesinaron a navajazos a un mozo que trataba, en vano, de socorrer a su hermano de la agresión de los violentos. Esa noche eran las fiestas del pueblo y habían salido de caza. Los bandidos eran una treintena.
El cabreo de la población en Berga no cesa desde el fin de semana y ha tenido su expresión contra la actuación de las fuerzas de seguridad, los Mossos d'Esquadra. Algo falla cuando la población, temerosa de quienes les agraden, acaban hostigando a quienes les deben proteger. Es otra suerte de divorcio. La población por un lado, el poder por otro.
Pero no olvidemos que sin ley no puede haber orden y quien imparte justicia son los jueces, no los ciudadanos cabreados. Y la juez, hostigada permanentemente por irritados manifestantes, ha debido "instalarse" en comisaría para poder tomar declaración a detenidos y testigos. Lleva más de dos días porque en el juzgado no había garantía de seguridad.
Los ciudadanos por un lado y el poder por otro. Como en el tema del catalán. La cultura catalana estará representada en la feria de Frankfurt por escritores en lengua catalana, "of course", no por escritores catalanes que, por serlo (escritores), escriben en castellano. ¡Si Manolo Vázquez levantara la cabeza!
Esa sociedad en explosión se manifiesta en varios frentes, además de Francia y Berga; en el campo, en la educación, en la música, en el "top manta"... Ese malestar permanente del que alardean sectores protegidos por la sociedad del bienestar nos conduce a todos a la sociedad del temor. Y no es cosa nada buena vivir con las congojas revoloteando las alturas de los mortales.
Tiene toda la razón,la "sociedad del temor" que Vd preconiza o el "negocio del miedo" que yo propugno,se ha instalado entre nosotros, es suficiente con ver los telediarios para darse cuenta de ello.
ResponderEliminarBartolomé C.