viernes, abril 15, 2005

Salamanca no presta

Como dice el latinajo popular lo que "natura non da, Salamanca non presta", expresión clara de que por mucha capacidad formativa que reuniera el templo universitario por excelencia del siglo de oro español, el tonto de capirote poco podía aprender en aquellas aulas.

Por lo general, es esta una consideración válida para toda acción de los mortales. En cualquier disciplina, lo primero es la persona, el ser humano, y lo segundo su preparación para ser poeta, músico, ingeniero... o político.

La técnica, el conocimiento adquirido, es condición suficiente para que el hombre adquiera su nivel y alcance el papel que le corresponde en la sociedad; pero la condición necesaria es ser ante todo persona. Ninguna 'Salamanca' presta conocimientos al ser humano negado por la naturaleza a adquirirlos.

Por mucha capacidad técnica que se disponga para cantar una partitura, pongamos por caso, si el cantor no tiene alma para transmitir emociones, será un mal cantante. Victoria de los Ángeles, por ejemplo, lo explicó así cuando se le preguntó por las principales condiciones para triunfar en el bel canto: "la primero es ser un 'ser humano'".

En política, como en las cosas de la vida. El capítulo de la devolución de los denominados "papeles de Salamanca" a sus legítimos titulares no sólo sigue haciendo correr ríos de tinta, sino que amenaza con recibir el tratamiento de gran crisis institucional.

Catalunya los ha reclamado desde años, para restituir el patrimonio histórico de la Generalitat. Salamanca, y su gobierno autónomo castellano leonés, se resisten a su entrega cual delito de lesa majestad.

La relatividad de las cosas, algunas con más de sesenta años de perspectiva, me acercan el recuerdo de latinajo popular: algunos deben de andar necesariamente mal dotados por la naturaleza para que "Salamanca", la formadora, la intelectual, no les haya prestado aquello que les falta: el más elemental sentido común para no dramatizar las cosas y saberlas resolver sin generar problemas allí donde no los hay.

1 comentario:

  1. Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salv@.

    Romanos 10.

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