martes, enero 11, 2005

In extremis

La iniciativa de un fiscal de la Audiencia Nacional y la alarma social originada a causa de la anunciada excarcelación de un etarra condenado a tres mil años de cárcel al cumplir 18 ha salvado "in extremis" un trámite penitenciario, cual es la aplicación de las ventajas previstas para los presos condenados con el objeto de su reinserción en la sociedad.

Ocurría, para escándalo de la opinión general, que un etarra que solicitaba champán y langostinos para celebrar cada atentado de ETA, podía salir a la calle tras 18 años, pese a tener adjudicados penalmente 25 asesinatos, por 'redención de pena'. Ocurre, además, que el ciudadano Juan Ignacio de Juana Chaos ha acreditado que no se quiere reinsertar.

El celo de un fiscal ha permitido prorrogar el encarcelamiento del condenado por las amenazas vertidas en un artículo publicado en el diario Gara, alguna de cuyas perlas -se reproduce en esta página- es particularmente amenazante: nos dice que si no sacamos nuestras sucias manos de Euskalherria... "el futuro terminará demostrando sin duda que os quedásteis sin ellas".

Tiene también enjundia que un delito de opinión amenazadora permita mantener en chirona (bien que preventiva) lo que no lograban 25 asesinatos (confirmados por sentencia).

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