jueves, febrero 03, 2005

El Carmel, esto se hunde

Barcelona tiene un barrio popular, menesteroso, que se ha forjado a si mismo, casa a casa, ladrillo a ladrillo, fielmente retratado en las "Últimas tardes con Teresa" del recordado Juan Marsé. Es El Carmel.

El Carmel vive en el desasosiego desde que se produjera un socavón por las obras del Metro, que obligó a desalojar a 864 personas el primer día. Son ya más de mil las desalojadas desde el 27 de enero.

Desde entonces hemos sabido que el túnel de apoyo construido para las obras en marcha no tenía papeles: simplemente se había modificado el trazado previamente autorizado con un par de huevos. ¿Quién?

Se hundió un inmueble, afortunadamente sin víctimas; se derribó el adyacente por seguridad; se procedió a inyectar hormigón en el agujero ocasionado; se evaluaron los daños y se autorizó el regreso de las primeras familias a su casa.

Pero en apenas horas se descubrió que el socavón era mayor de lo estimado y que... seguía más allá por el subsuelo. Los técnicos han recomendado ya la demolición de dos edificios más, uno de ellos, 24 horas después de que las autoridades permitieran el regreso a casa de sus inquilinos.

Se dirá que lo más importante se ha conseguido: la caución que ha permitido desalojar a las personas y evitar daños en el accidente. Pero el derrumbe en El Carmel es algo más que un susto: un durísimo contratiempo en la vida de las familias desalojadas, una desgracia para personas humildes que han perdido vivienda y enseres de toda una vida.

En El Carmel se respiran aires de revuelta popular, porque el barrio se hunde, toda una vida de sacrificios reducida a escombros.

La noticia comenzó en las páginas de sucesos o en las de información local de los diarios, pero pronto veremos cómo ocupa las páginas de la información política, porque ésta no es una desgracia natural sino artificial.

Alguien ha hecho mal las cosas, no importa cuando, y los damnificados tienen derecho a reclamar justicia, daños y perjuicios.

1 comentario:

  1. Esta tambien es una desgracia natural, ya que es natural que cuando se hacen las cosas mal ocurran desgracias, lo artificial es lo que viene ahora, es decir ver como se irán diluyendo las responsabilidades, aunque bien mirado esto ya empieza a ser visto como bastante natural.

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