viernes, febrero 25, 2005

Bomba en la política catalana

Ha estallado una bomba en la política catalana, que la ha sumido en el fangoso mundo de la corrupción, esa que los ciudadanos sospechan, comentan o dan por segura aunque pocos sean quienes logren aportar pruebas, y que siempre acaba sobrevolando la política con un manto de silencio.

En el Parlament de Catalunya se ha escuchado la acusación más grave jamás recogida en el diario de sesiones, y ha sido en boca del presidente de la Generalitat, en el fragor de un debate político con una dúplica marcada con aparente ira.

Si grave fue la mención del "tres por ciento", peor fue que se retirara a petición de un Mas que se dio por aludido con el simple dígito que corría de boca en boca.

De poco vale la explicación de que en ningún momento Maragall habría desvelado un hecho cierto ni tan sólo un rumor, sino que trataba de zaherir a CiU con citar el hecho de que el simple bulo circulante ya hipoteca su trayectoria politica (23 años de gobierno) y su honorabilidad.

La sola mención del 3% da carta de naturaleza al rumor o bulo y parece tan disparatada que hasta pone en cuestión la honorabilidad del parlante. El rumor circulante no se ciñe a un partido, sino que afecta a partidos e instituciones, gobiernos y ayuntamientos, en ese totum revolutum que atribuye a todos haberse financiado con una básica fórmula en los últimos decenios: los extrapagos de contratistas en la obra pública.

Si se incurre en el ridículo político al acusar de corrupto a un partido y no poderlo probar, ni en la cámara ni en los tribunales, aún es mayor cuando se acepta rectificar y retirar la imputación a cambio de tu propia estabilidad política o la reforma del Estatut.

Un despropósito poner el consenso del Estatut en almoneda porque si permitieran a los ciudadanos elegir entre erradicar la corrupción o aprobar un nuevo y más ambicioso Estatut, más de uno no tendría dudas: acabar primero con la corrupción, con los corruptos y los corruptores. Otros, claro, preferirán identidad al precio que sea.

La Fiscalia de Catalunya ya ha abierto diligencias para investigar las acusaciones de Maragall. Porque la disyuntiva aparenta ser muy simple:

Si es cierto lo que dijo Maragall, se debe investigar.
Y si lo es, ¿por qué se rectifica? ¿Acepta taparlo?
Y si no lo es, ¿por qué lo dijo?
¿Rectifica porque tan sólo se refería a un rumor no acreditado?
¿En ese caso, con qué responsabilidad dio carta de naturaleza al bulo?

Joaquim Nadal fue más preciso en su informe al pleno del Parlament al explicar que entre las medidas adoptadas por el Govern, no era menos importante la de acabar con un sistema perverso en la contratación de obras, que ha concentrado volumen de obra y riesgo en unas pocas compañías, retirando la discrecionalidad en la contratación al modificar los pliegos de condiciones.

Felip Puig (CiU) también lo dejó muy claro cuando atribuyó el hundimiento del Carmel precisamente a ese cambio impulsado por el Govern, "porque ha roto el círculo de excelencia y de confianza que ha funcionado durante años" entre contratistas y administración.

Algunas de las dos excelencias falla. Pese a la rectificación, la bomba Maragall ha generado un auténtico socavón en la legislatura, que queda herida de muerte. Una estridente explosión ha reventado el silencio que acallaba las voces del rumor. A los ciudadanos nos queda el derecho a que nos expliquen qué es eso del tres por ciento.

3 comentarios:

  1. El tres por ciento es el porcentaje de cianuro que lleva el agua del "Oasis Catalán", lo de ayer ha sido lamentable y vergonzoso, una burla para los ciudadanos y una afrenta para el mismo Parlament de Catalunya. Lo peor es que la factura de los platos rotos la acabaremos pagando entre todos.

    Bartolomé C.

    ResponderEliminar
  2. El "Oasis Catalán" está plagado de políticos corruptos y causan verdadera pena cuando se retratan en sesiones del Parlamento como la del otro día. Luego van de "diferentes" por la vida y en la "diferencia" se consideran mejores que los demás; los demás son los "españoles" por supuesto. He leido en algún sitio que a Maragall se le define como "rara avis", lo que és, sin duda, además de un personaje patético, un sinvergüenza de tomo y lomo. Nacho Arias desde Zaragoza.

    ResponderEliminar
  3. Txema, no enten perquè has de contraposar la lluita anticorrupció a la defensa de la identitat nacional, i especular sobre a veure què preferirien abans els ciutadans i, a més, indicar que la defensa de la identitat quedaria per darrere.

    Si això fos cert, seríem un poble únic al món.

    No em sé imaginar els espanyols (ni cap altre país) renunciant a la seva llengua i a la seva cultura i deixant-la substituir (per exemple) per la francesa, a canvi d'acabar amb una hipotètica corrupció de la seva pròpia classe política.

    No fem trampes Txema. Defensar la idenmtitat i combatre la corrupció no són valors excloents ni antagònics. No busquem sempre arguments per seguir posant la identitat de Catalunya contra la paret.

    Renunciar a la identitat no ens faria més honrats, ni menys corruptes.

    Trobo que has fet una comparació poc afortunada.

    ResponderEliminar

Evita descalificaciones personales, ataques directos y calificativos insultantes sean al autor o a un comentarista. Estás en tu derecho de usar el anonimato, pero no lo utilices para escribir aquello que no serías capaz de decirle a la cara a una persona.